Giovanni Falcone: el antes y el después de la lucha contra la delincuencia organizada

- Artículos - febrero 16, 2022

Por: Gerardo Jair Jaime González

Palermo, Italia fue testigo de las principales operaciones de la mafia de la Cosa Nostra, por lo que eran comunes los atentados, los homicidios, el narcotráfico y otros delitos relacionados con la delincuencia organizada. Por esta razón, inició una sangrienta y violenta lucha, no únicamente contra el Estado (principalmente contra las instituciones de procuración y administración de justicia), sino también contra partidos políticos contrarios a sus intereses y bandos rivales. Contemporáneo a estos problemas, apareció la figura del juez Giovanni Falcone, quien el 25 de septiembre de 1979 fue asignado por orden del Vocal Instructor Superior Rocco Chinnici a un juzgado de instrucción en Palermo, esto debido al fallecimiento del juez Cesare Torranova a manos de la mafia. Falcone junto al grupo denominado “pool” antimafia y los también magistrados Paolo Borsellino, Giuseppe di Lello y Leonardo Guarnotta, centraron sus investigaciones en Palermo, por ser la parte más activa de la mafia, desarrollando una metodología basada en rastreo de dinero.

Rosario Spatola, presunto miembro de la mafia y quien se había adjudicado la mayoría de la obra pública hasta entonces para la construcción de más de 400 departamentos a cargo del Instituto de Vivienda, sin ningún proceso fue notificado de los métodos utilizados por Falcone para el rastreo de dinero y trataron de cambiar sus métodos. Fue entonces que Falcone perfecciono su técnica, pidiéndole a los bancos de Palermo, un registro detallado y minucioso de todos los movimientos financieros de las personas que pudieran estar involucradas con la mafia; hoy en día esto es muy común, pero para la época era una técnica “revolucionaria” y nunca antes utilizada, la cual comenzó a dar frutos rápidamente.

El 29 de julio de 1983, Rocco Chinnici muere mediante un coche bomba colocado por el mafioso Pino Greco a las afueras de su casa. Tras este suceso se designa a Antonino Caponnetto como Vocal Instructor Superior dando las condiciones necesarias para que se iniciara con el interrogatorio a Tomasso Buccetta, ex miembro de la mafia y extraditado desde Estados Unidos, Bucceta expresa su deseo de colaborar con el juez Falcone. Fueron 45 días de un intenso interrogatorio a quien sería clave para la comenzar con el Maxijuicio de Palermo. En este interrogatorio, Bucceta aporto información clave sobre la estructura, los métodos de reclutamiento, las funciones de la mafia Cosa Nostra, pero sobre todo de la “traición” de la familia de los Corleonesi hacia los códigos y principios de la misma mafia, en los más alto de la familia Corleonesi se encontraba el despiadado “Toto” Riina.

La mafia rápidamente se hizo llegar de toda la información sobre estos sucesos y dejó muy clara su posición, matando a sangre fría en 1985 a dos miembros del “pool” antimafia, encargados principalmente de su seguridad, siendo estos Beppe Montana y Ninni Cassara. Este acto obligó a desplegar una red de logística de seguridad jamás vista antes, designando a nuevos jueces que se abocaran al análisis de expedientes contra los altos mandos de la mafia, ya que era una excesiva carga procesal, todo con la finalidad de dar inicio, de manera inmediata al Maxijuicio de Palermo.

El Maxijuicio de Palermo.

El principal impulsor del Maxijuicio fue el juez Giovanni Falcone. Este evento tuvo a bien iniciar el 10 de febrero de 1986 en la cárcel especialmente diseñada para el juicio en Palermo. La primera sentencia condenatoria sucedió en diciembre de 1987, casi dos años después. El Maxijuicio fue cubierto por el periodismo de la época de una manera muy particular, ya que se tenia un ambiente de incredulidad debido a que la mafia se consideraba ya parte de la vida siciliana.

En este caso peculiar se llevaron a juicio a 475 acusados, de los cuales 119 de ellos fueron juzgados en ausencia, siendo uno de estos “Toto Riina”, líder de la familia de los Corleonesi. Dentro de los miembros más reconocidos que se encontraban al momento de su juicio podemos citar a Giussepe Caló, Michele Greco y Luciano Leggio, todos ellos miembros o ex integrantes de la “Cupola” (cúpula mafiosa). Los cargos se imputaban incluían 120 homicidios, narcotráfico, extorsión y el recién introducido delito al Código Penal Italiano, asociación mafiosa. De los ya mencionados 475 acusados, 360 fueron condenados y 115 absueltos, se establecieron 19 cadenas perpetuas y poco más de 2660 años de prisión divididos entre todos los condenados.

Sin embargo, el esfuerzo observado hasta ese momento se vinieron abajo, y no precisamente por la intervención de la mafia, sino por las mismas instituciones judiciales, ya que la forma de proceder del juez Falcone no era bien visto por otros magistrados y lo criticaban fuertemente. Se determinó reemplazar al juez Antonino Caponetto por el juez Antonino Meli, quien fue designado por el Consejo Superior de la Magistratura y quien no tenía experiencia alguna en la lucha contra la mafia, lo cual se vio reflejado cuando decidió disolver el “pool” mediante un proceso de “normalización”.

La lucha contra la mafia no sólo sufrió un duro golpe con estas acciones, sino que además, muchas sentencias emitidas durante el Maxijuicio fueron anuladas por el Tribunal de Casación, cuya corte era presidida por el juez Corrado Carnevele, apodado como el amazza sentenze (matasentencias), esto por anular sentencias por defectos de forma; esto lo llevó a ser acusado de estar coludido con la mafia, cargo del que después fue absuelto. En total hasta 1989 sólo 60 acusados estaban cumpliendo una sentencia condenatoria, pero muchos de ellos en hospitales psiquiátricos simulando enfermedades mentales y muchos otros tenían privilegios dentro de sus celdas.

Afortunadamente, para el verano de 1992, la situación empezó a mejorar ya que los jueces Falcone y Borsellino retomaron las apelaciones que quedaban pendientes del Maxijuicio y rechazaron muchas de ellas, al mismo tiempo que consiguieron revertir algunas absoluciones que no se ajustaban a Derecho. Asimismo, Facolne asumió la responsabilidad de coordinar a nivel nacional la lucha contra el crimen organizado. Siendo el principal promotor de la creación de la DIA (Dirección de Investigación Antimafia) y la DNA (Dirección Nacional Antimafia), las cuales aún operan hoy en día. Asimismo, presentó ante el Ministro de Justicia Italiano Martelli un paquete de medidas antimafia referidas a la de confiscación de bienes, reclusión para jefes mafiosos y una ley de protección de testigos, quien a su vez sería remitida al Presidente de la República en ese entonces, Giulio Andreotti.

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