Por: Gerardo Jair Jaime González
Esta clasificación de las armas ha ido cambiando a través de los años y los avances tecnológicos que se les han proporcionado a las armas de fuego. Esto con la finalidad de tener mayor facilidad en el combate. Cabe destacar que las armas antiguas de pólvora negra, mayormente, poseían la capacidad de almacenar o poder sostener un ciclo de disparo en un determinado tiempo, y para poder cargar un arma para un posterior ciclo era una labor muy complicada, esto llevó a problemas para poder combatir en asuntos bélicos, hasta llegar a ver la utilidad del arma de fuego como un último recurso.
Hoy en día, y con las novedades en empresas importantes, así como armeros, fabricantes de armas y los aportes técnico-mecánicos en las armas de fuego que han llevado a mejoras, podemos hablar de las armas de fuego por su mecanismo o sistema de disparo, mismos que se clasifican de la siguiente manera:
- Armas de repetición:
Se les conoce de esta forma porque para cada ciclo de disparo se requiere ser cargada y disparada utilizando los propios mecanismos del arma. Esto quiere decir que la extracción del casquillo, abastecimiento, carga y la preparación del arma para el siguiente disparo lo tiene que hacer el usuario de manera “manual”.
En esta clasificación de las armas largas los ejemplos más destacados podrían ser rifles, carabinas y escopetas de:
- Acción de palanca
- Acción de cerrojo
- Acción de bomba o corredera
En la actualidad existen armas largas con un mecanismo mixto o combinado, también denominado como SPASS. Este tipo de armas largas tiene la característica principal de poder disparar de forma semiautomática o de repetición, ya sea de mecanismo de acción de bomba o corredera (manual) como en las escopetas, y es muy común que se utilice también en rifles.
- Armas semiautomáticas:
En este tipo se requiere que “el arma esté abastecida y cargada y oprimir el disparador del arma para cada ciclo de disparo”, ya que la extracción y expulsión del casquillo se realiza por la acción que ejercen la presión de los gases producto de la combustión de la pólvora en el interior del arma de fuego.
Este sistema no requiere un esfuerzo adicional por parte del usuario, pues deberá acerrojar o recorrer el carro corredera del arma por primera vez para que el arma esté lista para los siguientes ciclos de disparo, siempre y cuando se oprima el disparador para cada disparo. Esta es la diferencia a las armas de repetición, ya que la extracción y expulsión del casquillo percutido tiene que llevarse a cabo por el usuario.
- Armas automáticas:
Este sistema tiene un mecanismo muy peculiar y un nombre coloquialmente muy distinto. Algunos autores lo citan como sistema de “ráfaga”. “En este sistema sólo se requiere que el arma esté abastecida y cargada y corriendo el bloque del cerrojo o carro corredera una vez”, como en el sistema semiautomático, pero la diferencia radica en que esta sólo requiere que el usurario oprima el disparador una vez y sin soltarlo para que el arma siga disparando continuamente todos sus cartuchos. El ciclo se interrumpirá únicamente si el usuario deja de oprimir el disparador o se acaben los cartuchos en el cargador.
Usualmente este tipo de armas utilizan cargadores denominados de cinta, por tener una mayor cadencia de tiro, esto hablando en el combate, y es muy común tener este tipo de sistema en rifles o ametralladoras sin dejar a un lado las pistolas ametralladoras.
Algo innovador que cabe destacar en algunas armas con este sistema es que tienen un selector de cadencia de tiro; este tipo de armas suele ser disparadas de forma semiautomática, automática y otro sistema diseñado para disparar en ráfagas de tres ciclos de disparo llamado burst. Algunos autores consideran a este sistema mal llamado, automático parcial.
Bibliografía:
- Guzmán, Carlos A., Manual de criminalística, Buenos Aires, La Rocca.
- Cibrián Vidrio, Octavio, Balística técnica y forense, 3ª. Ed., México, La Rocca.
- Ortiz Jiménez, José, Balística forense. Armas de fuego. Municiones. Efectos en el cuerpo humano, Murcia.
